Vida Reflexiva

Pero ignorar la manera en que nos ha bendecido, guiado y protegido cada día, es una manera insensata de vivir. Pensemos en los beneficios de mantener nuestros ojos y oídos espirituales abiertos durante todo el día.

Cuando estamos conscientes de la presencia del Señor en nuestras actividades cotidianas, disfrutamos de la paz de saber que Él siempre está en control y trabajando para llevar a cabo sus buenos propósitos. Las experiencias de cada día con Él nos enseñan a conocerle y amarle más.

Si aprendemos a ver las huellas de Dios a lo largo de cada semana, estaremos conscientes del alcance de cómo Él interviene y  está estrechamente relacionada con y en la vida de sus hijos. 

Quizás nos fortaleció para una tarea difícil, o nos abrió una puerta de oportunidad. Tal vez nos guío en nuestras decisiones y nos ayudó a responder de buena manera a una persona descortés, o a tener dominio propio ante una situación difícil.

Si nuestros oídos están atentos en discernir las advertencias e instrucciones del Señor, no repetiremos los mismos errores una y otra vez. Pero si permanecemos sordos a su voz, corremos el riesgo de seguir con patrones de pensamiento o conductas perjudiciales, que de seguro nos meterán en problemas o provocarán reacciones emocionales negativas y poco sabias que se convertirán en piedra de tropiezo en lo que Dios quiere hacer en y a través de nosotros por medio del plan perfecto para nuestras vidas. 

Cada noche, tome algún tiempo para reflexionar sobre las actividades del día. El Padre celestial está constantemente con usted, guardando y guiando su camino. ¡Discierna eso! 

Él quiere que usted le vea en todo y que entienda la vida desde su perspectiva (la de Dios), confiando en su dirección y en su poder ante cualquier circunstancia. 

"A los que te honran, tú les muestras cómo deben vivir.
Mientras vivan, les irá bien, y sus hijos heredarán la tierra."
Salmo 28:12-13  

Por: Jenny Mejías