Dios que nos busca y nos anhela

¿Puede usted imaginar un halago más especial que el Señor del universo diciéndole: “Quiero relacionarme contigo”? Lo que esto significa es que nuestro Padre celestial quiere comunicarse con usted de manera personal y directa. ¡Esto para mi es verdaderamente glorioso!

Él está interesado en tener una conversación genuina con usted, para escucharle y para que usted lo escuche. Él anhela pasar tiempo con usted, busca apertura y transparencia, sin que existan secretos entre usted y Él.

Dios nos creó a su imagen y semejanza, nos dice Génesis 1:26, lo que significa que podemos razonar, experimentar sentimientos y emociones, y elegir libremente el tomar decisiones.

Él quiere amarnos y que nosotros lo amemos en reciprocidad. Nos considera mucho más que siervos, nos considera amigos en quienes puede confiar. Fue por esto que Jesús dijo a sus discípulos: “Todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15.15).

Para los discípulos, fue un privilegio especial vivir, trabajar y tener comunicación directa con el Cristo encarnado.

Pero nosotros también somos privilegiados porque hoy, dos mil y tantos años después, el Padre celestial desea tener una cálida y cercana relación con nosotros, como la que tuvo su Hijo con sus discípulos, pues tenemos la gloriosa morada de su Espíritu Santo que nos ha dado, el cual nos mantiene conectados eternamente con nuestro Señor y Salvador.

Nuestro Dios no es una deidad distante. Él está con y en nosotros, y nos está llamando todo el tiempo a vivir y permanecer en continua comunión con él, pues es el amoroso anhelo de su corazón. 

"Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer."  Juan 15:15

  Por: Jenny Mejías