PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Mi corazón está dispuesto, oh Dios

"Mi corazón, Dios, está dispuesto; cantaré y entonaré salmos; ésta es mi gloria." Salmos 108:1

Cuando alabamos, adoramos, oramos; le decimos al Señor que estamos dispuestos para Él. ¿Qué implica esto?

La disposición es más que un solo decir “cuenta conmigo”. El disponer es una acción de entrega y compromiso absoluto de nuestra vida para Él. Y el estar dispuesto no es una acción fácil. 

Revisemos la definición de la palabra para entender un poco mejor qué significa estar dispuesto.
Disponer: Colocar, poner las cosas en orden o en la situación necesaria para lograr un fin.


Para disponer de algo primero debemos tenerlo. No puedo lograr algo si no tengo los recursos para hacerlo. En nuestro caso, Dios nos ha bendecido con capacidades, talentos y dones. Todos tenemos recursos, de hecho con ellos trabajamos, estudiamos, nos movemos, vivimos. Es interesante ver con qué facilidad podemos enumerar los recursos con los que nos movemos día a día; pero si hacemos una lista paralela de nuestros recursos dispuestos para la obra de Dios, puede resultar que esta sea un poco más corta. ¿Cuáles son las capacidades que Dios nos regaló? ¿Las conozco, las he explorado? ¿Las uso para la obra del Reino y para el bien de otros? Es una pregunta de reflexión.

Si llevamos esto a nuestro diario vivir, nos damos cuenta que nos resulta difícil ordenarnos. Ordenar significa establecer una jerarquía de prioridades, dar su lugar a cada cosa. Y es allí donde muchas veces fallamos. El lugar donde ponemos nuestro corazón, y lo que nosotros consideramos como las prioridades que ocupan nuestro interés y llenan nuestro tiempo día tras día, hacen alejar nuestro corazón de nuestra primordial necesidad: DIOS.

¿Cuáles son las prioridades que dominan nuestro corazón? ¿Acaso tenemos en realidad un corazón dispuesto, como lo dijo David en el Salmo 108?

Un corazón verdaderamente dispuesto para Dios le ha dado a Él Dios el lugar correcto (el primero de todos) y ha ordenado todo según su voluntad. Un corazón dispuesto ha entendido cuáles son los recursos con los que el Creador lo ha dotado y los reconocerá como instrumentos exclusivos de su autor.  Un corazón dispuesto ha comprendido que lo principal es el propósito para el cual ha sido creado y ha sido llamado. El corazón es el motor de nuestra vida, y un corazón dispuesto bombea en la dirección que el Señor lo guíe.

Proverbios 4:23 dice: “Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida”.

Revisemos nuestro corazón, ordenemos nuestras prioridades para que agrademos a Dios y no seamos obstáculo para que Él pueda disponer de nosotros, nos transforme a su imagen y nos use para su gloria.

 

  Por: Jenny Mejías