PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

La certeza de la seguridad de salvación eterna

Pasamos mucho tiempo preocupándonos por nuestras necesidades materiales (casa, carro, ropa, comida, finanzas, salud, etc.) Todas esas cosas son importantes para nuestro diario vivir, nadie lo niega, pero hay una garantía que está por encima de todas éstas.

Dios desea que vivamos confiados en Él, en su gracia salvadora por encima de cualquier otra cosa, ya que esta es segura y eterna. Y nos da varias razones para tener la certeza de nuestra seguridad eterna:

Jesús hace una promesa a todos los creyentes: “Nadie los arrebatará de mi mano” (Juan 10.28); y Él no hace ninguna promesa que no tenga la intención de cumplir. Pensar que podemos tomar una acción que nos separará del Señor una vez que hemos sido salvos, lo convertiría en un mentiroso.

La mano de Dios se usa en la Biblia como símbolo de su poder. Después de que hemos recibido a Cristo, estamos a salvo en su palma, y ninguna fuerza, ni sobrenatural ni humana  podrá sacarnos de ella. Si Satanás pudiera arrebatarnos, ya sea tentándonos a pecar o mediante su poder, significaría esto que es más fuerte que Dios. Y sabemos por la palabra que no es así, pues DIOS ES OMNIPOTENTE (2 Crónicas 20.6).

Jesús es nuestro abogado ante un Dios Santo. En efecto, Él está dispuesto a interceder ante el Padre a favor nuestro. En términos humanos, Jesús está a la diestra de Dios como un recordatorio tangible de que nuestra deuda de pecado fue pagada por completo.

Por medio de su Hijo Jesucristo, Dios nos ha ofrecido más que salvación, nos ha ofrecido salvación eterna, sin salvedades o interrogantes. ¡Usted puede tener esta seguridad!

"pero dado que Jesús vive para siempre, su sacerdocio dura para siempre. Por eso puede salvar una vez y para siempre a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos" Hebreos 7:24-25

 Por: Jenny Mejías