PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

La provisión de nuestro Padre es segura

Cuando hablo con personas veo en ellos la angustia, la ansiedad, el miedo y la desesperanza sobre sobre la crisis política, social y económica en América Latina, específicamente en nuestra nación. La gente está aterrorizada unos, desesperados otros, pero en fin: Nadie tiene fe en una solución para bien, en un mañana mejor, ¡No se ve la luz al final del túnel!

Empresarios, profesionales en todas las carreras, ejecutivos, amas de casa, estudiantes, personas tanto de alto como de bajo nivel económico y aún los medios de comunicación están diciendo lo mismo: “Esto está peor de lo que la mayoría de la gente piensa; y se va a poner aun peor, la crisis mundial en todo estrato, avanza al galope. Estamos en una carrera hacia tiempos cada vez más duros”.

A nadie le gusta escuchar este tipo de noticias, de hecho, puede ser muy deprimente y abrumador.

Los puritanos tenían un dicho: "Nuestros afectos sobornan a nuestro discernimiento" Nos gusta vivir sin problemas ¿a quién no verdad? y nos gusta nuestra propia forma de vida, pero si no nos enfrentamos a la verdad de que tiempos difíciles y aflicciones están viniendo sobre nuestras naciones y de hecho, están sobre nosotros mismos, nunca vamos a tener la confianza que vamos a necesitar para fortalecernos y levantarnos en lucha.

Pero tenga la seguridad de que nada de esto está tomando al Señor por sorpresa. Él ve todo lo que está pasando en el mundo y sabe perfectamente lo que va a venir. El que sabe cuántos cabellos hay en la cabeza de cada ser humano, sabe de antemano lo que sus seguidores enfrentarán en los últimos días.

Él sabe a dónde va a ir cada dólar en el presupuesto fiscal de cada nación; Él sabe a cuanto subirán los  impuestos; Él sabe de cada despido laboral al que Sus hijos se están enfrentando y sabe todo acerca de sus cuentas por pagar; Él sabe del costo de la vida, de la escasez, de la corrupción, de las epidemias y enfermedades, de la pobreza, del hambre, de la idolatría, de los crímenes, de la violaciones, las drogas, alcoholismo, prostitución, y de todos los males que agobian nuestra tierra.

Él sabe que usted tiene esposo(a) e hijos y de todas sus necesidades. No hay NADA que pasaría en este mundo que nuestro bendito Salvador no supiera de antemano cuando nos dijo muy específicamente en Juan 16:33: "En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo".

Usted se preguntará ¿cómo un cristiano necesitado puede no pensar en su estado físico, en su condición de humano?, yo le diría: Si podemos, de hecho a diario lo hacemos, pero en nosotros hay un espíritu vivo, renacido de nuevo, el cual debe PRIMERO QUE NADA, no rehuir no obviar las promesas que el Señor nos dio, porque somos espirituales, y debemos entender que nuestro sustento, nuestra provisión viene del cielo. Y sus palabras son eternas:

No importa cuántos bancos quiebren o que tanto crecen las filas de desempleados, o cuanta escasez haya Si nuestro Padre alimenta a las aves del cielo, viste los lirios del campo y provee para las necesidades diarias de un océano lleno de peces; a ningún hijo de Dios le faltará nada. Él Señor prometió: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” Mateo 6:33.

Por muy duros que sean los tiempos que estemos viviendo, nunca se detendrán la provisión de nuestro Padre celestial.

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25

 

Por: Jenny Mejías