PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

¿Has estado demasiado tiempo en el desierto?

Mientras tengamos actitudes y comportamientos tales como las tuvo el pueblo de Dios una vez que salieron de Egipto y cruzaron el mar rojo, continuaremos (como ellos) viviendo nuestras vidas en un interminable desierto.

Jesús murió para que pudiéramos tener entrada en la Tierra Prometida, la tierra donde fluye leche y miel, la tierra de las bendiciones y de la vida abundante (sentido espiritual).

Cruzar el desierto era solamente un viaje de once días hasta llegar a la Tierra Prometida, pero los israelitas tardaron y vagaron cuarenta años murmurando, gruñendo, quejándose, culpando a Moisés y a Dios por sus problemas y aflicciones (Deuteronomio 1:1-7).
La falta de progreso se debió a la actitud que asumieron durante su viaje; su ingratitud y falta de fe en el Dios que los sacó de Egipto con todo poder y gloria.

De como nosotros (los hijos de Dios) asumamos las circunstancias difíciles y pruebas que vengan a nuestra vida, dependerá en donde queremos seguir permaneciendo, si en el desierto o en la tierra prometida.
Podemos vencer cualquier cosa, si tenemos la actitud de “hijos de Dios” Siempre habrá pruebas en la vida, pero cuando aprendemos a confiar en Dios y caminamos en su propósito y voluntad, con absoluta seguridad podremos decir que tenemos la batalla ganada, y seremos como dice en su palabra: “más que vencedores”.

No tengas miedo de caminar en la luz. Dios te traerá a memoria tus fallas para exponerlas y removerlas. Puede ser incómodo, y muchas veces doloroso, pero ten la seguridad de que valdrá la pena, porque es tu alfarero quien está moldeando tu carácter. Sin embargo, será temporal hasta que llegues a la estatura que Dios te quiere llevar.

Dios te ama mucho, y tiene un plan excelente para tu vida. Déjate dirigir por el  Espíritu Santo, busca su llenura; y Él te guiará rápidamente a través del desierto a la Tierra Prometida.

Toma el camino por el cual Dios te indique (su evangelio), y no transites más por tu propio camino, porque si no permanecerás vagando en el desierto y no aprenderás a deleitarte en la gracia de su evangelio.

Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte. Volveos e id. Deuteronomio 1:6-7

 

 Por: Jenny Mejías