PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Incomprensible Amor

Dios no esperó hasta que yo me convirtiera en “alguien lo suficientemente bueno" para ser Su hijo. Tampoco esperó hasta que entendiera toda la doctrina. No, Él dijo: "Incluso cuando estabas perdido en pecado, vine a ti para que seas reconciliado. Te amé cuando estabas complaciéndote en inmundicia. Te llamé, te escogí y te adopté por esta única razón: Te amo."

A veces me pregunto cómo Dios pudo habernos mirado desde lo alto y habernos amado, si somos tan incapaces de inspirar amor, a veces tan malos, tan indignos. Pero en Su misericordia Él nos dice a cada uno de nosotros: “Te quiero y te escojo, porque ¡Quiero ser un Padre para ti!”

"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios" (1 Juan 3:1).

"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" (1 Juan 4:10).

Él me escogió, no porque yo lo amé primero, sino porque Él me amó primero. Me adoptó como Su hijo solamente porque me amó.

Todas estas cosas me llevan a una maravillosa conclusión: No es obligación que tenga yo que entenderlo completamente todo. No tengo que entender las profundas doctrinas de la justificación, santificación, glorificación, pecado, salvación, etc., a manera de “requisito” para que Dios me ame y derrame su gracia en mí. Todo lo que tengo que saber es que Él me escogió para ser Su hijo, lo cual significa que soy amado por Dios el Padre.

Esto no quiere decir que no debo estudiar las Escrituras de una forma más profunda, gloria a Dios por la oportunidad de poder hacerlo! no este el mensaje que quiero mostrar, lo que quiero expresar es que la pureza y sencillez del evangelio me son suficientes para poder experimentar el amor de nuestro gran Dios.

Nada puede moverme de este maravilloso conocimiento: Soy amado y puedo descansar en ese amor. El que me escogió y me ama, también me guardará, me sostendrá y nunca me abandonara. Él nunca soltará mi mano, porque Él es mi ¡Abba Padre!

Amado, Yo soy una madre terrenal y no existe alguna razón en el cielo ni en la tierra por la cual alguna vez deje de amar a mis hijos. Te pregunto: ¿Cuánto más el Padre Celestial va a estar contigo a través de todo lo que tengas que soportar en esta vida?

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios. 1 Juan 3:1

Por: Jenny Mejías