PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Es la justicia de Dios, no la mía

Una cosa que siempre nos roba el gozo y la paz con Dios es nuestro interminable esfuerzo de agradarle en nuestra carne, cosa que siempre nos traerá frustración y fracaso porque sencillamente es imposible.

Nosotros tratamos de agradar al Señor en nuestro poder humano, pero nunca será suficiente; las victorias serán de corta duración y la próxima vez que seamos tentados, o afligidos, caeremos y nos debilitaremos.

Satanás viene y susurra: "¿Qué pasa con ese pecado en el que cayó a ayer? ¡Usted es culpable!"

Usted puede responder: "No, ya he pedido perdón por ello. Y le he pedido a Dios que me impida hacerlo de nuevo". Pero el diablo no se quedará de brazos cruzados, lo examinará y evaluará cuales don sus debilidades para atacarlo por medio de ellas.

"Es verdad que esto muchas veces podrá suceder, pero nunca debemos olvidar que aunque el diablo sea poderoso, Dios es TODOPODEROSO. Jesús ha preparado una salida para mí.  Su Palabra ME dice que seré capaz de soportar la tentación,  pues “Él me librará, porque prometió que lo haría" (1 Corintios 10:13).

Cuando el acusador nos lleva a una "cuestión sin resolver", una guerra que se libra aún dentro de usted, usted puede responder con este pasaje:

"En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte," (Colosenses 1:21-22).

Usted puede decir: "Incluso cuando estaba alienado en mi mente por obras horribles y malvadas, incluso cuando estaba en el hoyo de la lujuria, aun cuando era uno de los peores enemigos de Dios, la Biblia dice que Él me amaba. Él me buscó y me reconcilió consigo mismo; me ha trasladado del reino de las tinieblas a su reino de la luz y me hizo estar en paz con él. ¡Él me ama!"

La Biblia dice que cuando nos esforzamos, estamos "tratando de establecer nuestra propia justicia"

"Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios" (Romanos 10:3). ¡Es nuestra carne en acción, y esto nos llevará siempre al fracaso. Jesús dijo: “alejados de mí, NADA PODÉIS HACER” Juan 15:5.

No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” 1 Corintios 10:13. Amén!

 

Por: Jenny Mejías.