PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

El tiempo y el propósito

Somos la generación que Dios ha apartado para participar en la cosecha del fin de los tiempos, como está profetizado en su Palabra. Dios está buscando a remanentes en quienes confiar el ungimiento del poder y la autoridad que serán necesarias y evidentes en estos difíciles últimos días.

Pero para ello tenemos que aprender a caminar en obediencia, a fin de que seamos preparados para el próximo nivel al que Dios quiere llevarnos. La obediencia nos prepara para avanzar. No podremos disfrutar que  los días de gloria lleguen, sin antes prepararnos. La preparación precede a la promoción. 

Dios está hablando a su pueblo hoy, diciendo: “ordena tu casa, ordena tu vida”. ¿Qué quiere decir en la práctica? Significa que no debemos vivir una vida fragmentada, inútil, sin rumbo, de pérdida de tiempo en cosas que no edifican, siendo nosotros mismos el tropiezo para que se cumpla el propósito con y por el cual Dios nos creó.  

Nunca se nos olvide que como hijos de Dios tendremos que rendirle cuentas responsablemente por los mandamientos, dones y habilidades que Dios no ha dado. Cómo, cuando y en que los usamos. Si actuamos bajo su voluntad o a nuestro capricho, si servimos para establecer su reino en la tierra y reconciliar al hombre con Dios, o se nos fue la vida perdiendo el tiempo sin ni siquiera descubrir nuestro propio propósito divino.  

Esto es más serio de lo que podemos imaginar. Tenemos que tomar la firme decisión, y es ahora, de dejar de malgastar nuestro tiempo, porque el tiempo también es un regalo de Dios.

El manejo del tiempo es vital para la preparación, el equipamiento y el trabajo en sí.

Ora al Señor para que te guíe a canalizar y administrar el tiempo, de manera que esté enfocado sólo hacia el propósito que Dios trazó para tu vida. No mires el tiempo como tuyo, sino como de Dios, ya que Él fue quien te lo ha encomendado para que lo uses con sabiduría. 

 “Despiértate, tú que duermes,  Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo.  Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,  aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor” (Efesios 5:15-17)

Por: Jenny Mejías.