PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Ama a tu projimo como a ti mismo

No deberíamos tener que viajar más allá de nuestro propio vecindario para tener el más grande avivamiento imaginable. Dios dice que

“si damos nuestro pan al hambriento, si albergamos a los pobres en nuestra casa, si cubrimos al desnudo y saciamos al alma afligida, Él nos pastoreará siempre y nos proveerá continuamente, seremos como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. (Isaías 58:7, 10-11)

Dios nos está diciendo: “¡Ama a tu prójimo! Extiende tu mano al pobre y al que sufre, y Yo te responderé, te guiare y te satisfaré. Serás como un manantial de vida para otros, y tus bendiciones nunca faltarán”.

Si te parece que esta palabra fue dada por Dios sólo al pueblo de Israel en el antiguo pacto, veamos que dijo Jesús en el Nuevo Testamento:

“Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna” (Mateo 25:42-46).

“Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? " (1 Juan 3:17).

A estas alturas puedes estar diciendo: “Me gustaría ser más compasivo, poder ayudar al necesitado. ¿Cómo puedo hacer este cambio en mi vida?”

Yo solamente puedo decirte que si ese es el sincero deseo en tu corazón, Dios te responderá.

Dile en oración: “Señor, veo las necesidades humanas alrededor de mí y sé que es tu voluntad, que haciendo como tú quieres que yo haga, ellos recibirán bendición y tú serás exaltado y glorificado. Ayúdame a ser compasivo y generoso con mis semejantes, quiero aprender a amarlos como los amas tú, y que ellos puedan verte a ti a través de mí; así sabrán que tú eres real, que puedes alumbrar y transformar las vidas a través del poder de tu gran amor. Dirígeme Dios a través de tu Espíritu Santo, estoy listo(a) con mi corazón, mi dinero, mi casa, mi tiempo, mis posesiones; muéstrame dónde ir Señor” Amén!

Puedes estar seguro que Dios traerá respuesta a tu oración y esas necesidades te serán mostradas, para que puedas hacer la obra de bien y glorificar a Dios amando a tu prójimo.

"Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?" (1 Juan 3:17).

 

Por: Jenny Mejías.