PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Más que vencedores

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Más que vencedores

Por: Jenny Mejías.

 

En Juan 16:33, Jesús nos dice que en el mundo tendremos tribulaciones. Las pruebas y las aflicciones parecen ser de parte de la vida. Debemos aprender a triunfar en medio de ellas, porque el Señor nos dio el poder para vencer.

Las pruebas pueden menguarnos o fortalecernos. El enemigo quiere atacar y robarnos la fe, dejarnos amargados y frustrados con Dios.

Pero Dios quiere fortalecer y purificar nuestra fe a través de las pruebas, pasándola por el fuego de la aflicción para que salga aprobada y refinada como oro. Un fruto del Espíritu que aprendemos a desarrollar en medio de las pruebas, es la paciencia (Gálatas 5.22), porque es en ella que Dios pude tratar con nuestra alma. Además, viviendo la experiencia, estaremos fortalecidos y en capacidad para ayudar a otros. (1 Pedro 1:5-7)

Se nos enseña que debemos soportar las pruebas con paciencia (1 Pedro 2:20). Esto significa sobrevivir el problema, es decir: salir victoriosos pues tenemos al Señor. Pero no se trata de esperar solamente cruzados de brazos, sino también de cómo actuamos, como accionamos y que actitud asumimos como hijos de Dios mientras esperamos, no olvidando que somos carta leída para el mundo, y nuestro testimonio es la manifestación evidente del poder de Dios (2 Corintios 3:2).

Para triunfar en las pruebas, tenemos que aprender a ser estables, a no tener miedo, a pararnos firmes frente al enemigo y confrontarlo con autoridad (1 Pedro 5:7-11), y confiar ciegamente en la fidelidad de las promesas de Dios para nuestras vidas; continuar con nuestros compromisos y caminar en su amor y en su voluntad.

Si estás en medio de pruebas, éstas no tienen que vencerte, ¡todo lo contrario, permite que éstas te hagan más fuerte en el nombre poderoso de Jesús!

Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, Él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. 1 Pedro 5:10