PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

La paciencia, fruto del espíritu

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

La paciencia, fruto del espíritu

Por: Jenny Mejías.

 

La Palabra de Dios promete que el hombre paciente será perfecto y completo, sin que le falte nada: “Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”. (Santiago 1:4).

Un hombre paciente es un hombre poderoso y con dominio propio (que también es un fruto del Espíritu). Puede mantener la calma en la tempestad. Tiene control de su boca y de sus emociones. Sus pensamientos seguirán siendo amorosos y pacíficos, aun cuando la conducta de la gente que les rodea sea difícil y hostil.

Sin paciencia no podemos esperar ver el cumplimiento de las promesas de Dios ni la respuesta de nuestras oraciones basadas en fe; pues la fe requiere paciencia.

No todo nos llega inmediatamente después de creer. Hay un periodo de espera para recibir muchas cosas de Dios, a veces hasta de largos años.

Durante este período, nuestra fe se prueba, se purifica y se fortalece como un león. Solamente si perseveramos y aprendemos a esperamos con paciencia podremos experimentar el gozo de ver aquello en lo que hemos creído.

La paciencia no es solamente la capacidad de esperar, sino también la capacidad de mantener una buena actitud mientras esperamos. No se puede evitar la espera como parte de la vida. Pasamos mucho tiempo de nuestra vida esperando; si no aprendemos a hacerlo bien (con paciencia y en la voluntad de Dios), nos sentiremos muy desdichados y frustrados. Dios ha sido y es muy paciente con nosotros. Debemos imitarlo.

“Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa”.  Hebreos 10:36