PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Siguiendo sus pisadas

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Siguiendo sus pisadas

Por: Jenny Mejías.

 

Una huella es una marca que dejas en algún lugar por donde pases. ¿Has pensado alguna vez en la importancia de lo que haces? ¿Has pensado que tu huella puede trascender en el corazón de una persona y marcarlo para siempre? Es tan importante entender que en el transitar de nuestra vida estamos dejando huellas en los demás.

Para dejar huellas positivas en la vida de otros, primeramente nosotros tenemos que transitar en las huellas que nuestro Señor nos ha dejado:

“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas”. 1 Pedro 2:21.

No debemos poner nuestros pies en otras huellas que no sean las de Nuestro Señor. Es verdad que esto tiene una demanda muy grande, pero ninguna otra cosa traerá más satisfacción y bendiciones a nuestra vida que el seguir sus huellas.

- Sigue la huella de su sacrificio:  

El sufrimiento nos es común a todos. En Cristo tenemos el ejemplo de sacrificar su gloria eterna, aquella que tuvo con el Padre antes que el mundo fuese, para hacerse como uno de nosotros. Filipenses 2:6-7.

- Sigue la huella de su obediencia:

La obediencia de Jesús lo llevó a la cruz (Filipenses 2:8)

“Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame”. (Mateo 16:24).

No podía ser de otra manera. La vida de Jesús como ejemplo a seguir está enmarcada dentro de estas demandas: Sacrificio y Obediencia. Pero él nos dijo que “su yugo era fácil y ligera su carga”.

¿Cómo puedo seguir sus pisadas?

En comunión con Él (Juan 15: 1-5)

En integridad (1 Crónicos 29:17)

En santidad diaria (1 Pedro1:16)

En entrega: Primero a Dios, para poder hacerlo luego con los demás. (Fil.2, 3:7-9)

No hay mejor y segura decisión que seguir las pisadas del Maestro.

“Mis pies han seguido sus pisadas; guardé su camino, y no me aparté”. Job 23:11