PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Acceso a Dios

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Acceso a Dios

Por: Jenny Mejías.

 

Busqué a Dios en oración y le pregunté: “¿Cuál es el aspecto más importante de haber sido hechos tu templo?”. Y ésta es la respuesta que vino a mí: acceso con libertad y confianza.

Pablo dice de Cristo: “En quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (Efesios 3:12).

En el templo judío, había muy poco acceso a Dios. De hecho, dicho acceso estaba disponible sólo para el sumo sacerdote, y solamente una vez al año. Y no era nada fácil; era esto tan santo y tan serio, que el sacerdote entraba a la presencia de Dios en el templo con temor y temblor. Sabía que podía morir instantáneamente por acercarse al propiciatorio si traía su corazón y su cuerpo totalmente purificados.

Hoy, Dios se ha levantado de esa habitación pequeña y restringida. Y ha venido directamente a vivir en nosotros. Él nos dice: “He venido para vivir en ti. No tienes que ocultar tu inmundicia y desesperación de mí. Yo te he elegido porque te amo y estoy a punto de hacer de tu cuerpo, mi hogar, mi morada, mi residencia, porque he borrado tus pecados, te he perdonado, y he derramado mi misericordia sobre ti.

Enviaré a mi Espíritu Santo, quien los santificará. Él limpiará y barrerá toda esa habitación, para preparar sus corazones para que sean mi novia, pero eso no es todo. Los voy a sentar justo a mi diestra y los voy a animar a venir con toda libertad y cuando quieran a mi trono, con confianza. Miren, Yo quiero que me pidan sabiduría, dones, gracia, poder, fortaleza, todo lo que sea bueno para ustedes. He abierto las ventanas de los cielos para hacer descender mi bendición sobre ustedes. Son ricos, pero todavía no se dan cuenta; son herederos de todas mis riquezas en gloria.

“Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. Romanos 8:17

“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. Hebreos 4:16