PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Oír y guardar toda la palabra

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Oír y guardar toda la palabra

Por: Jenny Mejías.

 

Todos albergamos deseos egoístas. Y cuando recibimos una palabra de Dios que se contrapone a ese deseo y nos confronta, ya no le obedecemos. Esto provoca ruptura en la comunión con Dios.  Los discípulos se afligieron en gran manera cuando escucharon decir al  Señor moriría crucificado. No habían logrado entender las últimas palabras de Jesús sobre Su resurrección al tercer día.

Como consecuencia, en el momento decisivo, cuando el Señor fue crucificado, todos terminaron siendo grandes y vergonzosos traidores que huyeron por su propia vida.

Uno de los pasajes más atesorados por los cristianos es Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Pero también son muy pocos los que conocen el versículo anterior a éste, el 12: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado, como para tener hambre, así para tener abundancia, como para padecer necesidad” (Fil. 4:12). ¿Qué significa esto? Que cuando renunciamos a toda codicia, cuando nos humillamos y confiamos, y nos sujetamos verdaderamente a la dirección del Espíritu Santo en nuestras vidas, y vamos más allá de lo materia o circunstancial, encontramos el ‘poder ‘para realizar ‘todas’ las cosas y poder salir victoriosos.

Sin embargo, las personas no tienen en cuenta este versículo anterior y solamente se aferran al versículo más conocido, insistiendo que ‘todo pueden en Cristo’ repitiéndolo de memoria pero sin el entendimiento, para satisfacer sus propios deseos.

Solamente aquellos que vivan en sujeción a la palabra de Dios, desde el principio hasta el fin, podrán mantener una comunión correcta delante de Dios, y podrán ver prosperar sus vidas en todo nivel.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:16-17