PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Aguarda en Dios

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Aguarda en Dios

Por: Jenny Mejías.

 

“Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová  en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.” Salmos 27:13-14

¿A quién voy en momentos de soledad, tristeza, desesperanza, sufrimientos, problemas? Todos tenemos esos momentos en algún momento de nuestras vidas en los cuales queremos, como dijo el salmista, huir lejos y tener alas de paloma…, sin recordar que a donde escapemos llevaremos con nosotros nuestro problema, nuestra aflicción.

No hay prueba tan grande donde la Gracia de Dios no sea suficiente, no hay lugar tan oscuro que la Luz de Cristo no ilumine.

La palabra de Dios dice:

“Aguarda a Jehová” Sus alas están extendidas sobre ti. “Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé hasta que pasen los quebrantos.” Salmos 57:1

“Esfuérzate” No para buscar la solución sino para seguir firme en medio de las pruebas, con la mirada puesta en Él.

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.” Hebreos 12:1-3

“Aliéntese” Su Palabra es aliento para el alma, calma el corazón sediento de respuestas, alumbra toda oscuridad. Su Presencia en nuestra vida nos sostiene y nos anima. Podemos no tener muchas cosas, pero lo tenemos a Él.

“¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra”. Salmos 73:25