PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Deja tus huellas

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Deja tus huellas

Por: Jenny Mejías.

 

La huella de la Fe

Pablo le dice a Timoteo: “Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”. 2° Timoteo 1:5.

Meditemos por un minuto: ¿Cómo está nuestro testimonio con nuestra familia?

¿Qué ven ellos acerca de mi fe? ¿Qué saben acerca de lo que creo de Dios? de la salvación y de la palabra de Dios? ¿A quiénes he hablado de mi fe?

Mira a tu alrededor, eres madre, padre, hermano, hija, hijo, vecino, jefe, empresario, vendedor, obrero, esposa, esposo, novia, compañero de estudio en la universidad, etc… ¿que saben los que te rodean acerca de tu fe, acerca de tu Señor, del que un día dio su vida y murió por ti? ¿Les has marcado con la huella de la fe? ¿Le has presentado a Dios como un día te lo presentaron a ti?

La huella de la Integridad

Dios le dijo a Salomón: "Y si tu anduvieres delante de mí como anduvo David tu padre, en integridad de corazón y en equidad, haciendo todas las cosas que yo te he mandado y guardando mis estatutos y mis decretos, yo afirmaré el trono de tu reino Israel para siempre" 1 Reyes 9:4-5

¿Qué estaba exigiéndole Dios a Salomón? Que su conducta debía ser de total obediencia, recta e intachable; digna de confianza; casto, puro, honesto, honrado, sincero, limpio, de una sola línea.

Lo mismo nos pide a nosotros. Debemos ante Dios primeramente y ante los hombres ser personas íntegras, para que nuestro testimonio sea genuino.

Tenemos múltiples ejemplos en la Biblia además del Rey David, de hombres de Dios que se mantuvieron íntegros (José, Job, Jeremías, Daniel, el Apóstol Pablo), en el sentido de que se mantuvieron firmes a sus valores y a la obediencia a Dios, sin importarles que situación pudieran estar confrontando.

Si queremos dejar huellas en otros, debemos mantenernos fieles a los principios que sabemos verdaderos y que sabemos que están en la voluntad de Dios, y si en algún momento nos salimos de esos principios, en vez de justificar nuestras acciones, nuestra misma integridad deberá alinearnos de nuevo con lo que es agradable a Dios.

La huella de la Fidelidad

“Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Filipenses 2:8.

Sin duda alguna, el mejor y más glorioso ejemplo de fidelidad que podemos encontrar en las escrituras nos lo dio nuestro Salvador y Señor.

¿Qué significa ser fiel? Podemos definirlo como la virtud de ser leal a alguien, teniendo el firme compromiso obediencia y de servicio a través del tiempo, sin vacilar y sin fluctuar.

Esta es la fidelidad que Dios demanda de nosotros.

Podemos comenzar muy bien, pero… ¿terminaremos bien? Esa es la gran pregunta que debemos hacernos

¿Será la marca de mi fidelidad lo que impacte la vida de los que me rodean? Pues así debe ser.

No olvidemos nunca el mejor de los ejemplos que tenemos en la Biblia.

“Mantengámonos firmes, sin dudar en la esperanza de la fe que profesamos, porque Dios cumplirá la promesa que nos ha hecho”. Hebreos 10:23.