PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Pecado o amor, ¿qué pudo más?

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Pecado o amor, ¿qué pudo más? 

Por: Jenny Mejías.

 

No fueron los romanos los que clavaron a Cristo en la cruz. No fueron los clavos los que mantuvieron a Jesús en el madero. Lo que lo sostuvo en la cruz fue su profundo amor por la humanidad, convicción de que era necesario que se hiciera pecado.

Era necesario que Él, que es puro y perfecto, llegara a ser pecado para que la ira de Dios se derramara, no sobre la creación, sino sobre su único y amado Hijo. 

Cuando aquel que no conoció pecado llegó a ser pecado por nosotros, cuando aquel que era inocente se vio cubierto con todos los pecados del mundo, Dios no llamó a su ejército de ángeles para salvarlo. No lo hizo porque sabía que era necesario renunciar a su Hijo que abandonarnos a nosotros.

A pesar de lo que hayas hecho, no es demasiado tarde. Por más terrible y profundo que haya sido el error que hayas cometido, no existe pecado que pueda ser más grande que el amor revelado en la cruz del calvario.

Ahora, ese mismo amor, que no se puede medir, si lo sabes entender y recibir en tu espíritu, no te dejará pecar, porque un verdadero hijo de Dios no se deleitará en el pecado, aun cuando sepa que Dios le perdona, sencillamente porque donde reine la luz admirable del Señor, no hay cabida para las tinieblas.

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él. 2 Corintios 5:21