PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

¿Para qué fui creado?

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

¿Para qué fui creado?

Por: Jenny Mejías.

 

 “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”. Efesios 2:10

Usted fue puesto en la tierra para propósito. Aunque muchos de los libros que son éxitos de librería ofrecen consejos acerca de cómo "sacarle" el máximo provecho a la vida, esa no es la razón por la cual Dios lo creo a usted. Dios lo diseñó para que usted hiciera una diferencia con su vida.

Usted fue creado para añadirle a la vida de la tierra, no sólo para tomar de ella. Dios quiere que usted dé de lo que ha recibido. Este es uno de los propósitos de Dios para su vida y es llamado su "ministerio" o servicio. La Biblia nos da los detalles de esto.

Fue creado para servir a Dios. La Biblia dice, "Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras…” Efesios 2:10

 Estas "buenas obras" son su servicio. Cuando usted sirve a otros en cualquier manera, en realidad está sirviendo a Dios y está cumpliendo uno de sus propósitos. Lo que Dios le dijo a Jeremías es también verdad de usted: "Antes de hacerte en el vientre de tu madre, te escogí. Antes que nacieras, te escogí para un trabajo especial." Usted vino a este mundo para cumplir una función especial.

Fue salvado para servir a Dios. La Biblia dice, "Es él quien nos salvó y nos escogió para su obra santa, no porque nos lo merecíamos sino porque ese era su plan." 2 Timoteo 1:9. Dios lo redimió a usted para que pudiera hacer su "obra santa". Uno no recibe salvación mediante el servicio, sino que uno recibe salvación para luego servir. En el reino de Dios, usted tiene un lugar, un propósito, un papel y una función que realizar. Esto le da a su vida un gran significado y gran valor.

Le costó a Jesús su vida y su preciosa y bendita sangre comprar su salvación. No servimos a Dios porque sentimos culpabilidad o porque sentimos miedo y mucho menos porque nos sentimos obligados, sino porque sentimos gozo y una profunda gratitud por lo que Él ha hecho por nosotros. Le debemos nuestras vidas. Por medio de la salvación nuestro pasado ha sido perdonado, nuestro presente tiene sentido y nuestro futuro está asegurado. A la luz de estos beneficios increíbles, Pablo concluyó, "Por tanto, os ruego hermanos por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro servicio racional" Romanos 12:1.

El apóstol Juan enseñó que nuestro servicio amoroso demuestra que hemos recibido realmente la salvación. Él dijo, "Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida porque amamos a los hermano. El que no ama permanece en muerte”. 1 Juan 3:14.

Si no tengo amor por otros, ni deseo de servir a otros y sólo me interesan sus propias necesidades, debería de tener dudas si Cristo está realmente en mi vida. Un corazón que ha experimentado salvación es uno que quiere servir y está lleno del amor de Dios.

Otro término para servir a Dios que es malentendido por la gente es la palabra ministerio. La mayoría de la gente, cuando oye la palabra "ministerio" piensa en pastores, profetas, maestros, apóstoles y evangelistas, pero Dios dice que cada miembro de su familia es un ministro. En la Biblia las palabras siervo y ministro son sinónimas, así como servicio y ministerio. Si es cristiano, es un ministro y cuando está sirviendo, está ministrando.

Conozcamos pues la razón de nuestra vida en esta tierra que no es otra que servir y glorificar a aquel que nos creó con un propósito individual y entrego su vida para que ese propósito de llevase a cabo en nosotros.