PALABRA DE LA SEMANA
Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo «Daniel 4:2»

Tengo por cierto

Reflexión renovadora que cambiará por completo tu forma de ver la vida. Haciendo de ti no sólo una mejor persona y un mejor ciudadano, sino un verdadero creyente, fiel a Dios, a sus principios y a su Santa Palabra.

Tengo por cierto

Por: Jenny Mejías.

 

No podemos pasar por alto las dificultades y los trances que hemos de pasar los cristianos en el ejercicio de nuestro llamamiento y vocación. No faltan detractores y enemigos, debemos saber y estar conscientes que recibiremos ataques del diablo. Pero estos pesares y contratiempos son puestos en la copa de gloria que se nos está reservada.

El apóstol Pablo decía: Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.

Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación. Romanos 5:6 y siguientes.

Después de todo esto ¿Qué importa lo que el mundo pueda ofrecernos, tanto de placeres como de pesares? Dios mismo es nuestro galardón. ¿No tenemos suficiente? Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Romanos 8:18.

Por tanto, en nuestra lucha pacífica en pro de la justicia, la equidad y la liberación de todo ser, no olvidemos que a pesar de nuestras tribulaciones y trabajos para el Señor, contamos con la seguridad de las palabras de Las Santas Escrituras que, desde milenios, nos animan a seguir la verdad, sean cuales sean las dificultades y hasta las caídas. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Romanos 15:4.