Agradecimiento

Agradecimiento

Por: Pastor Andrés Noguera.

Colosenses 3:15

Introducción: sabían ustedes que uno de los mas grandes deseos de Dios es que seamos agradecidos, recuerdan lo que le decíamos a nuestros hijos al recibir algo: Que se dice? Dígale gracias, etc. etc.

Existen muchas personas en el mundo que no saben expresar gratitud, uno de los principales enemigos de la falta de expresión de agradecimiento es el orgullo.

En Lucas. 17:11-19, vemos un hombre que la palabra lo identifica como un extranjero, y cuando Jesús narra el relato bíblico dice: solo este  samaritano, solo este extranjero, eso nos indica entonces que los otros 9 eran judíos, ellos creían merecer el milagro.  

Nosotros no merecemos nada, todo lo que tenemos lo tenemos por su amor y por su misericordia, esto no es la paga de lo que hacemos, porque si por paga fuera, muchos deberían estar liquidados y fuera de la tierra, debemos entender que la mayoría de las cosas que recibimos en por su gracia, seamos lo que seamos y tengamos lo que tengamos, nunca debemos guardar en nuestro corazón el hecho de pensar que yo merezco eso, siempre debemos tener una actitud de agradecimiento.

La biblia dice que Dios no nos paga conforme a nuestras obras, si por merecimiento se trata, entonces la mayoría de nosotros deberíamos recibir lo merecido, es decir si hemos sido malos y ofensivos, o orgullos e iracundos, deberíamos recibir eso, del Señor, pero la palabra es clara, Él no nos paga conforme a nuestras obras.

En Filipenses 4:6, por nada estéis afanoso, manifiesta tu petición con acción de gracias, recuerdas cuando le pides un favor a alguien y das las gracias anticipadas, eso es lo que te está diciendo Dios. Alguna vez has pensado en todas las cosas buenas que Dios ha hecho por nosotros, le has dicho a Dios eso, sabes que siempre tendemos es a meditar en lo malo y no en lo bueno. Quiero contarles esta anécdota:

Hubo un terremoto en una ciudad y salió un reporte con una cámara, para hacer entrevistas a las personas que habían sufrido el terremoto, llego a un edificio y vio que en el segundo piso habían dos personas asomadas en las ventanas de sus apartamentos, le pregunto al primero como esta? Y esta persona le respondió: muy mal, esto es un desastre, tenemos los nervios de punta, que va hacer de nosotros, inmediatamente el reportero giro la cámara a la segunda ventana del mismo edificio y pregunto: y usted como esta? él le respondió: estamos bien, a pesar del terremoto el edificio no sufrió daños, acabo de comunicarme con mis familiares y todos estamos bien.

Se trataba del mismo edificio, en la misma ciudad de un mismo lugar, ambos vecinos del segundo piso habían vivido el terremoto, pero tenían posiciones distintas y visiones distintas, no es lo que ocurre, sino como enfrentas lo que ocurre lo que hace la diferencia.

Muchas veces cuando llueve en nuestra ciudad, nos molestamos, nos irritamos, nos quejamos, cambiamos por completo nuestro estado anímico, y si es posible hasta maldecimos, y hay países que tienen tanta sequia que las personas y los animales se mueren por la falta de agua, la tierra no produce nada, y no vemos la bendición que esta en la lluvia.

Necesitamos aprender a ser agradecidos, con la gente, con los gestos, con los pequeños detalles.

Sabías que la queja es un principio de muerte, todas las personas que se están muriendo se quejan

1 Tesalonicenses 5:18, lea esta palabra y medite en ella.

Usted ha visto las estadísticas de este año de todas las personas que mataron, que les robaron sus sueños, sus deseos de vivir, que no podrán cumplir sus metas y usted esta vivo. Le ha dado las gracias a Dios por eso.

Cuántas personas este año, lograron alcanzar algunas cosas con las que habían soñado por años, tuvieron un hijo, se casaron, consiguieron empleo, montaron una empresa, y no tienen tiempo para  dar gracias a Dios.

Has visitado los refugios, sabes cuantas personas perdieron su techo y usted tiene el suyo.

El salmo 50:23, en su versión original mas antigua dice: Quien me ofrece su gratitud me honra, al que enmienda su conducta le mostrare mi salvación.